La fábrica conectada se desarrolla en torno a la idea de que los procesos industriales pueden ser inteligentes y seguros y estar conectados entre ellos gracias al uso de maquinaria y sensores intercomunicados. Al compartir información relativa a operaciones globales y remotas, la productividad de una fábrica conectada aumenta y, a su vez, la innovación que se requiere para ello mejora el proceso de fabricación.