El Saló de l’Ocupació 2025 lo deja claro: el talento no se persigue, se atrae

Regner® Editorial Team

Aiguaviva -

10/10/2025

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Las empresas saludables ya no buscan empleados: buscan personas que aporten sentido, equilibrio y evolución. El Saló de l’Ocupació 2025 lo ha dejado claro: el talento no se persigue, se atrae.

El Saló de l’Ocupació 2025 y el espejo del nuevo talento

El Saló de l’Ocupació 2025, celebrado esta semana en Barcelona, ha vuelto a dejar una evidencia incómoda: las empresas pueden seguir creciendo en facturación, pero si no crecen en personas, enferman. Lo curioso es que el talento que podría curarlas existe —solo que ya no se deja encontrar con las viejas recetas: anuncios genéricos, entrevistas automáticas y promesas vacías de “entorno dinámico”. Ese talento se mueve distinto. Piensa distinto. Y detecta la incoherencia a kilómetros.
Qué significa hoy una empresa saludable

No es la que presume de récords ni la que instala un futbolín junto al servidor. Es la que crece sin desgastarse, que innova sin perder el foco y que retiene sin apretar. En una empresa sana:

• Las personas deciden sin miedo.

• Colaboran sin competir.

• No tienen que fingir entusiasmo para sobrevivir.

• Y la conciliación no es un premio, sino una norma.

Nada de eso pasa por casualidad. Se construye con liderazgos conscientes, un propósito claro y una gestión basada en confianza real, no en control.

El Saló de l’Ocupació 2025 y el espejo del nuevo talento

En el Saló se repitió una idea que resume bien el momento: el mercado ya no se divide entre técnicos y gestores, sino entre quienes aprenden y quienes se estancan. Y las empresas que quieren seguir vivas buscan tres tipos de personas.

1. El perfil tech con propósito
Saben programar, automatizar o diseñar, pero quieren que eso sirva para algo. No buscan optimizar por optimizar: buscan impacto —en sostenibilidad, inclusión o eficiencia energética—. No se compran con salario ni gadgets nuevos: se conquistan con propósito. Si la empresa no sabe explicar para qué hace lo que hace, los pierde antes del primer café.
2. El perfil híbrido
Ni puramente técnico ni de gestión: ambas cosas. Ese jefe de producción que entiende de IA, pero también de personas. Esa ingeniera que domina CAD y a la vez sabe escuchar un “no” de un cliente sin convertirlo en drama. Son los traductores entre tecnología y humanidad, los que evitan que el equipo se rompa cuando la presión sube.
3. El aprendiz permanente
Curiosos. Incómodos. Difíciles de encasillar. Personas que aprenden más rápido de lo que la empresa documenta. No quieren estabilidad quieta, sino una trayectoria viva. A este perfil no se lo fideliza con promesas, sino con evolución y autonomía.

Cómo atraerlos sin disfrazarse de multinacional

Olvídate de los “beneficios sociales”. El nuevo talento busca coherencia. Y huele la falsedad antes de sentarse. Quieren ver cómo se trabaja, no escucharlo en una presentación. Algunas ideas simples que funcionan (si son de verdad):

– Enseñar proyectos reales, no campañas → Autenticidad, interés genuino.

– Hablar de propósito, no de producto → Sentido, implicación.

– Fomentar aprendizaje constante → Movimiento, retención.

– Ofrecer flexibilidad real, no decorativa → Confianza, rendimiento.

– Liderar desde la cercanía → Seguridad, equipos estables.

Y un detalle clave: los perfiles más valiosos no huyen de las pymes, huyen de la rigidez. Una empresa pequeña, con historia honesta y retos reales, puede ser más atractiva que cualquier gigante.

Antes de buscar fuera, mirar dentro

Muchas empresas gastan más en reclutar que en mirarse al espejo. Pero atraer talento saludable empieza por ser una organización saludable. Preguntas incómodas pero útiles:

• ¿Aquí se puede discrepar sin consecuencias?

• ¿Las buenas ideas solo vienen “de arriba”?

• ¿Qué se premia: el resultado o el proceso?

• ¿Se puede fallar sin miedo? Si la respuesta es “depende del jefe”, el problema no está en Recursos Humanos.

Del reclutamiento al magnetismo

El futuro del talento no va de fichar más rápido, sino de volverse magnético. Los buenos profesionales no buscan refugio, buscan sentido. No aspiran a empresas perfectas, sino a empresas vivas, que aprendan, escuchen y evolucionen. El Saló de l’Ocupació 2025 lo ha dejado claro: el talento no se persigue, se atrae. Y se atrae cuando detrás del logo hay algo que respira: una idea, un propósito y una forma sana de trabajar.

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